El Microchip y el Pasaporte.
Los animales de compañía se identifican poniéndoles un microchip bajo la piel en la parte izquierda del cuello mediante un aplicador. Este chip consiste en una pequeña cápsula recubierta de vidrio, del tamaño de un grano de arroz, que emite una radiofrecuencia con un número.
Cuando implantamos ese chip, registramos al animal en la base de datos de ganadería (RACIC) y expedimos un pasaporte con su número y sus datos que se convierte en la nueva cartilla sanitaria; es ésta la documentación que todos debemos tener de nuestra mascota y que nos exigen desde el 16 de enero de 2006. A los propietarios de animales identificados antes de esa fecha, se les proporcionaba un carné (solía llevar la foto de la mascota) que sigue siendo válido.
El microchip también es una gran ayuda en el caso de que nuestra mascota desaparezca, pues en las perreras y en las clínicas veterinarias existe un aparato que permite leer ese número. Así, podemos entrar en RACIC y obtener todos los datos necesarios para ponernos en contacto con el propietario del animal perdido.
En Cantabria, es obligatoria la implantación del microchip en perros, gatos y hurones que residan aquí por un periodo mayor de 45 días antes de que cumplan los 3 meses de edad. Las leyes varían según la comunidad autónoma en la que nos encontremos, por eso debemos informarnos en caso de que vayamos a viajar con nuestra mascota.
Las Vacunas
Son un medio efectivo para la prevención de determinadas enfermedades mediante la introducción del agente causante de la enfermedad, una vez que éste se ha tratado para atenuarlo, activarlo y/o fragmentarlo, de forma que sea incapaz de producir la enfermedad, pero el cuerpo lo reconoce como enemigo y crea defensas (anticuerpos) frente a ese germen.
La vacunación de nuestras mascotas cobra especial importancia en los primeros meses de vida, cuando la protección inmunitaria que les ha transmitido la madre deja de actuar. En cada clínica se siguen pautas de vacunación diferentes, la que nosotros aconsejamos es la siguiente:
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Perro:
Al mes y medio de edad aplicamos una vacuna que protege frente a los virus del moquillo y la parvovirosis. Pasadas dos semanas, ponemos la polivalente (moquillo, parvovirosis, hepatitis, tos de las perreras y leptospirosis). A los tres meses, repetimos la polivalente, que a partir de ese momento pasa a ser anual o bianual, dependiendo de la vida del perro. Estas vacunas son necesarias para la salud del animal. La rabia es obligatoria por ley a partir de los 3 meses. Nosotros solemos esperar a los 4 meses.
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Gato:
Sobre los tres meses ponemos la vacuna triple vírica felina (rinotraqueítis, calicivirus y panleucopenia), que a partir de entonces será anual. En el caso de que los gatos salgan al exterior, también recomendamos poner la vacuna de la leucemia felina anualmente. La rabia no es obligatoria.
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Hurón:
A partir de los dos meses aplicamos la vacuna del moquillo. La rabia es obligatoria a partir de los tres meses.