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¿Qué son?
Son sustancias químicas que emite un animal para enviar señales a otro animal.
Es, por tanto, una forma especial de lenguaje puesto que son capaces de trasmitir información entre individuos. Estas sustancias Son segregadas por unas glándulas especiales del animal, presentes en la piel, en la cara, también hay feromonas en la orina y en los órganos sexuales. En el ambiente se evaporan y el receptor las capta a través de un órgano especial que se llama órgano vomeronasal. Este órgano está en la parte de atrás del paladar, las feromonas son captadas por la boca, se disuelven con la saliva y son trasportadas por esta al órgano vomeronasal. Es como si el animal paladease esas sustancias. Mediante un comportamiento conocido como «flehmen», algo fácilmente observable en gatos: abren la boca, entornan los ojos y es como si realizasen una «succión del aire». Los perros parece que mastican el aire cuando tienen una hembra en celo próxima, de la misma forma cuando lametean la vulva antes de la monta están intentando recoger feromonas «de la excitación sexual».
Esas feromonas están en mayor cantidad en el cabeza y también en la zona posterior. A lo mejor os hace gracia cuando un cachorro os olisquea las mejillas, justo a los lados de la nariz, incluso os chupa. Está intentando captar vuestras feromonas. Del mismo modo se olisquean la parte posterior al encontrarse para recibir toda la información disponible de su compañero/a.
Cuando un gato frota su cabeza contra nuestras piernas, contra un sofá o cuando restriega sus almohadillas por una pared, en realidad está dejando señales claras y reconocibles para otros individuos capaces de interpretar los mensajes que portan las feromonas.
El marcaje por orina, tanto en el perro como en el gato es otra forma de dejar mensajes a través de feromonas.
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¿Para qué sirven?
Debemos tener muy presente que, de todas las vías de comunicación posibles en el perro y el gato, el lenguaje olfativo es el principal, y aquí destaca la importancia de las feromonas.
El animal a través de sus feromonas informa de su edad, sexo, estatus social, disposición sexual, incluso de su estado de ánimo.
Se dice que el ser humano carece de órgano vomeronasal para captar feromonas, algunos pensamos que esto no es del todo cierto y que las simpatías o antipatías intuitivas (el tío que te cae bien, o mal, en cuanto lo conoces), están determinadas por su olor, es decir por sus feromonas, el cerebro las analiza y te informa de si somos compatibles o incompatibles…
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¿Cómo las utilizamos?
Se ha conseguido aislar esas feromonas para tratamientos específicos de problemas de comportamiento. Hace algunos años nos presentaron unos dispensadores de feromonas, similares a los que utilizamos contra los mosquitos en verano para tratar algunos problemas de comportamiento, el síndrome de ansiedad por separación en perro, problemas de adaptación en gatos, conductas agresivas, etc. Debo confesar que era bastante escéptico al principio, sin embargo, los espectaculares resultados que nos dieron estos productos hacen que ahora nuestra confianza en ellos sea total.
Utilizamos las feromona de la tranquilidad para corregir problemas de comportamiento, hacen que el animal se sienta cómodo y tranquilo por que le informan de que el entorno es conocido y seguro. También es útil la feromona de la excitación sexual para conseguir montas rápidas entre animales de criadero o en inseminación sexual para provocar la excitación del macho.
Las feromonas, transmiten información entre individuos, de forma que pueden provocar cambios fisiológicos y del comportamiento. La información recibida por el órgano vomeronasal se transmite al sistema nervioso, y más específicamente al sistema límbico, una zona especializada en las sensaciones (placer, miedo, ansiedad,…).