Los animales de compañía, al igual que los humanos y otros animales, pueden tener células que se descontrolan. Este crecimiento celular descontrolado produce un exceso de tejido que se conoce como tumor. Algunos de estos tumores tienen un comportamiento benigno, pero otros son más agresivos. Aquí es donde aparece la temida palabra «Cáncer«.
Dependiendo tanto del lugar de aparición, del tipo celular implicado así como de la actividad y agresividad de las células, la evolución, así como los síntomas de la enfermedad serán diferentes. Por tanto, el cáncer es un conjunto de enfermedades causadas por la proliferación descontrolada de células, con diferencias muy grandes entre sí. Como en el ser humano, los tumores aparecen con más frecuencia en animales mayores.
Como decíamos, algunos tumores son benignos, crecen despacio y no causan graves lesiones; sin embargo, puede ser necesario quitarlos, por estética, porque provoquen molestias, se roce, ulcere o infecte o bien por su localización. Por ejemplo, un lipoma debajo del brazo puede provocar cojera, o una simple verruga que al estar en el cuello puede molestar, por lo que estará justificada su eliminación.
Otros tumores son localmente agresivos, es decir crecen tan rápido y de forma tan exagerada que invaden y lesionan los tejidos que encuentran a su paso.
Finalmente algunos tumores metastatizan: sus células tienen capacidad de desprenderse y viajar hasta instalarse en otro lugar del cuerpo, apareciendo entonces un tumor en una localización distinta de la original.
Creo que ha quedado claro que por tumor o por cáncer entendemos un grupo de enfermedades, que pueden ser muy distintas entre sí; solo tienen en común que se forman por la multiplicación celular anormal, pero los problemas que ocasionan son muy diversos, dependen de su localización: por ejemplo, un tumor de huesos provocará en primer lugar dolor y cojera, un mastocitoma, (que es de los tumores de piel más frecuentes en los perros), es un bulto en alguna parte del cuerpo que crece y decrece, que pica. Una neoplasia pulmonar provocará problemas respiratorios, etc., etc.
Los tumores también dan síntomas comunes e inespecíficos, que es lo que se conoce como síndrome paraneoplásico.
Lo más importante Para conseguir que el gato abandone el lugar inadecuadoes que el cáncer tiene tratamiento. Así es como nos gusta enfocarlo en la clínica. Naturalmente el tratamiento depende del tipo de tumor, de la fase en la que se encuentre la enfermedad y del estado general del animal, pero voy a intentar resumir los recursos que tenemos para enfrentarnos a este problema:
• La cirugía, siempre que se pueda, hay que eliminar el tumor y tirarlo a la basura, desgraciadamente hay tumores que por su tamaño, localización o características no se pueden operar.
• La quimioterapia: cuando nos enfrentamos a un tumor maligno éste puede tener tratamiento médico, es decir, con medicamentos, y cuando los medicamentos los usamos para tratar tumores, les llamamos quimioterápicos. Por sus terribles connotaciones, intentamos que pasen al menos cinco minutos de charla antes de nombrar la temida palabra, quimioterapia. Hay que quitarle el miedo: los quimioterápicos son simplemente fármacos que usamos contra el cáncer, como los antiinflamatorios son los medicamentos que usamos frente a la inflamación. Es verdad que, con algunos de estos medicamentos, tendremos precauciones especiales, peor eso lo explicaremos en otro artículo.
• El tratamiento sintomático: es decir, ir combatiendo los síntomas asociados a la enfermedad; si hay dolor, pues antiinflamatorios, si hay vómitos antieméticos, etc.
En algunos casos conseguiremos la curación, en otros simplemente alargar la vida, pero nuestro objetivo es que el animal mantenga la calidad de vida, cuanto más tiempo mejor, pero la primera condición es más importante. No tratamos a cualquier costa ni asumimos efectos secundarios insoportables. Y por supuesto, la decisión es del propietario.